sábado, octubre 24, 2009

Manos.

Quiero memorizar tus pliegues, tu textura,
quiero saber el grosor de tus dedos y tus uñas,
entrelazo mis dedos con los tuyos, y los aprieto, y los aprieto aún más
para que no quede espacio en mis manos sin las tuyas.

Paso mis labios por la punta de tus dedos,
por la palma de tu mano, como un terreno llano, inexplorado
como una cuenca virgen.

miércoles, octubre 14, 2009

Buenas noches señor papá

Señor Padre.
PRESENTE.

Escribo la presente para comunicarle mi odio, lo hago por acá porque no soy ni tan valiente ni tan estúpida como para verlo a la cara, a la misma cara que yo llevo en una versión femenina. Sí, que pena, jamás podrá negarme pues tengo su misma nariz, ojos y boca; tengo su mismo color de piel y contextura.
Señor Padre, le escribo para decirle que está muerto.
Señor Padre, le escribo para decirle que no es mi padre.
Señor Padre, le escribo para odiarlo un poco más y olvidarme un poco menos, que los recuerdos mantienen viva la esperanza de no verlo, que los recuerdos ya no atormentan, sino que se mezclan con gratos momentos y se convierten en pasado.
Señor Padre, le escribo para decirle que no debió odiarme, que era niña, no era mala, no le iba a hacer nada.
Señor Padre, le escribo para decirle que no lo necesité.
Señor Padre, le escribo para decirle que me ayudó a querer, porque mientras uno más odia, mas quiere, y aunque los optimistas de siempre dicen que el odio no es bueno; claro que lo es, porque así uno aprende.
Señor Padre, le escribo para decirle que no se merece el título de Señor.
Señor Padre, le escribo para decirle que desentona con el mundo, desentona conmigo.
Señor Padre, le escribo para que se revuelque pensando que me va bien, que soy feliz, que tengo talento.
Señor Padre, le escribo para no aceptar su petición de hace seis años, pidiendo que junto a Sebastián hiciéramos una empresa de hermanos, de ingenieros.
Señor Padre, le escribo para decirle que heredé cosas suyas, y no las niego, porque son esas las que me hacen luchar día a día para no ser lo que usted ha sido.
Señor Padre, le escribo para decirle que no me busque jamás, porque para mi, usted forma parte de la nada.