Esto deberás leerlo con esa vocecita media cantadita, esa vocecita entre Tilusa y la Berenger.
Con música de fondo, bien bajita, bien bien bajita. Como las películas de amor francesas.
No cualquier película de amor francesa, ésas de los 70.
Con los ojos bien abiertos, bien grandes, como en un orgasmo.
Y con mucho cuidado, no vaya a ser cosa que duela esa partecita del pecho, que pareciera ser donde se acumula la pena.
La eterna búsqueda de culpables ha terminado.
Estoy dispuesta a aceptar los cargos que se me inculpan. Incluso aquellos que sé, nada tienen que ver conmigo. Estoy dispuesta a cargar con la muerte del Archiduque Francisco Fernando si así quieren. Y me da lo mismo pensar que "algún día entenderán"... Entender qué, yo no necesito que nadie entienda nada, yo a veces me entiendo y con eso me basta.
Y no me sentaré a esperar que la vida y los sueños jueguen a la pinta.
Mientras siguen enumerando los cargos.
Yo jugaré a la escondida con el miedo.