sábado, agosto 16, 2008

Mi papá.

Mi papá no tiene mis rasgos, no tiene mi sangre ni mi apellido.
Mi papá tiene una familia muy diferente a la mia, no tengo su pelo, ni sus ojos, ni sus modos.
Mi papá no me vió nacer, ni aprender a hablar, no me vió cuando dí mis primeros pasos.
Mi papá no me enseñó a escribir, ni a leer.

Mi papá me conoció a mis seis años y se quisó unir a una familia ya formada. Quisó adoptar el papel de padre que otro había dejado en el olvido, y quiso adoptar el papel de hombre frente a mi madre.
En un principio no lo acepté, lo llegé a odiar creo en mi mente de niña, no quería que nadie me quitara la predilección de mi mami, ni mi importancia. Poco a poquito se fué ganando mi corazón y mi confianza, y hoy llega a ser mi hombre favorito del mundo.
Es que es más que un papá, es un complice, es un amigo, es un consejero la raja; y sé que no soy la mejor hija, sé que haces enormes sacrificios para entenderme un poco, y sé tambien que si no lo logras no es por falta de ganas.
Me apesta que te pongas audifonos y escuches un partido mientras estamos comiendo; pero me encanta que me apoyes en cada proyecto que tengo.
Me encanta que me enseñes de música, y me apesta que no puedas entender que hay gente que vale la pena tanto en la Concertación como en la Derecha.
Me encanta que hagas tu pésima imitación de Evelyn Matthei y me apesta que jueges todos los fines de semana Tennis, haciendonos reacciónar a todos más tempranos.

Me encanta que me hayas aceptado como tu hija, y me apesta que no haya sido antes.
Te amo papá, te amo Ricardo Cardoch.

No hay comentarios: